Las Migas de Tosantos suspendidas por lluvia. Las Migas de Tosantos se han convertido en todo un evento al que acuden personas llegadas de numerosos rincones, dentro y fuera de la comarca serrana, son un suculento manjar elaborado con productos humildes como el pan, las patatas, los ajos, el aceite y una gran dosis de cariño y de paciencia.
A partir de las 18 horas comenzarán los preparativos, donde todos los vecinos se vuelcan para acoger y atender a las numerosas personas que no faltan a esta fiesta típica. Y es que lo que comenzó siendo un encuentro de familiares y vecinos se ha convertido en todo un acontecimiento con la llegada de la festividad de Todos los Santos, una fecha en la que, tiempo atrás, los monaguillos de la localidad realizaban un petitorio de alimentos por las casas del pueblo como donativo por los servicios prestados durante el año. Posteriormente, se reunían en el campanario de la Iglesia de Santa Ana (siglo XVIII) para degustar en común los presentes.
Hoy día son muchos los kilos de migas que tienen que elaborarse en Santa Ana para esta jornada. Hombres y mujeres comparten fogones y tareas para que todo esté a punto: pican las patatas, los ajos, el pan y demás ingredientes. Después machacarán y moverán las migas en sartenes de gran envergadura colocadas al fuego de las numerosas candelas que arderán en la misma plaza e irán caldeando el ambiente mientras tanto.
Las migas se ofrecen a todos los que se acercan a compartir este rato familiar y muy serrano, acompañadas con vino, sardinas asadas y los típicos “pelones”, castañas asadas que se elaboran simultáneamente a las migas.
Y es que, Santa Ana la Real es una de esas localidades que se afanan por seguir conservando sus costumbres, o recuperar aquellas que, por el paso del tiempo y la entrada en escena de otros eventos más modernos hicieron que se perdieran algunas de ellas. Cuando hace muchos años no existían los mecanismos electrónicos de las campanas, y los días como el de Todos los Santos y el de difuntos, los toques de campanas se debían hacer de forma manual, los niños del pueblo, los monaguillos, se pasaban el día en la torre tocando las campanas, como mandaban los cánones. Y de paso, también se comían los tosantos que el día anterior habían pedido por las distintas casas de la localidad, con la cantinela “los Tosantos, o las higueras te arranco”, que todavía, hoy en día, continúan diciendo aquellos que recorren el pueblo esa tarde para recoger los tosantos de estos tiempos. Estos tosantos eran fundamentalmente productos del campo propios del otoño, como castañas o nueces.
Hace más de 25 años, los niños del colegio de la localidad, junto con las personas mayores del centro de adultos, en un intento por recuperar esta tradición, recorrieron las calles pidiendo los tosantos. Tal fue el éxito de aquella iniciativa, que pasado el tiempo, las Migas de Tosantos son un referente culinario-festivo en el calendario otoñal de la Sierra.
El Ayuntamiento de Santa Ana invita a todos los visitantes que se sumen a esta iniciativa y prueben las ‘Migas de Tosantos’ porque seguro que repetirán.