SINOPSIS: Fordlandia se ha inspirado en el “encierro vital”, según explican sus creadores, y mezcla danza, música y arte visual para invocar la esperanza: “en una época que también es difícil para la danza, queremos soñar con tiempos mejores. Queremos ver una luz al final del túnel y esperamos que la distancia que tenemos que caminar sea temporal”, pero “el amor que sentimos sea permanente”, añaden. La propuesta hará “sentir y evadirse al público”, y, en ella, “cada uno tiene que decidir por sí mismo si debe prestar atención a la realidad o al sueño, al desencanto o la esperanza”.
Cuatro coreógrafos (Anna Hop, Yuri Possokhov, Juanjo Arques y Christopher Wheeldon) fiman las piezas de este montaje donde la utopía y la idea de reencuentro son protagonistas, y que explota al máximo las posibilidades creativas y técnicas del teatro, fusionando cine, danza escénica, luz y música. Así, las coreografías se entrelazan por medio de cortos y proyecciones, y la narración refleja las formas como nos relacionamos y, a veces, nos vemos obligados a separarnos. La obra combina músicas de Chopin o J. Johannsson.